Hemos entrado en un periodo de alta resistencia de la opinión.
El capital de confianza de los gobiernos, de las grandes empresas y de los medios de comunicación se ha derrumbado. Los ciudadanos y los consumidores desconfían a priori, han desarrollado competencias de descifrado, de comparación y de verificación para hacer aflorar las falsedades, detectar las incoherencias e identificar las intenciones ocultas.
Ahora bien, los métodos tradicionales para luchar contra esta desconfianza generalizada (aportar más información, demostrar su buena fe, reforzar su argumentación) han visto reducidos sus efectos, e incluso en ocasiones han contribuido a reforzar la resistencia.
Para comunicar y actuar con eficacia en la Sociedad Paranoica, es necesario restablecer sus prácticas en torno a cuatro instrumentos:
> Devolver a su público el poder de actuar y decidir
> Conceder a su público una condición de coautor, solicitando su imaginación
> Fabricar intimidad entre sus clientes
> Captar y expresar la emoción justa